Un 22 de septiembre llegó. Con bolsas en las manos, a eso de las 10:00.
Era mi cumpleaños de algún año. Me regalo un cojín, un pijama, una bata, o un oso de peluche. Mi lala con mi tata y siempre había sol. Y mi casa con mis abuelos siempre parecía mas acogedora y mas luminosa, como si los espacios ocupados ganaran en armonía.
Y aunque venían de lejos, llegaban temprano. Con alegría, contentos siempre. Con la corbata y la chaqueta estrechamente abrochada mi tata, con el “paleto” mi lala. Y la cartera escondida de la nana, mi bisabuela resonaba a lo lejos.
Mi lalita es tito fernandez con “ la casa nueva”, “piensa en mi” de tacones lejanos, (de su lado triste), es el helado en la plaza de San Bernando y es la feria.
Y ya de grande comenzamos a pasear solas. Nadie podría andar más lento que ella. Y todos le ganan, pero ella les gana a todos. De mi brazo agarrada y el paseo pucha que es entretenido. Caminar con mi lala por el centro de Santiago, me regala algo diferente. Mientras por la calle Ahumada atropellados los oficinistas, ella se fija en la carreta con las flores, se detiene, mira fijo a la estatua humana y le grita “ hermoso”, les aplaude a los cantantes solitarios y se acerca melancólica al mimo teatrero. Y llega a sus almas, porque les mira con ojos cómplices y cómplice les guiña un ojo, ( que a veces puede estar lagrimiento de la emoción). ”yo entendí lo que quisiste explicar” le dice hasta el artista mas moderno. La vejez quita el miedo, pensé una vez.
Ojos de colores, siempre vidriosos, nariz helada. El perico, fulano…”mas que sentimiento”.. dice el exagerado de mi tata.
“Tu no sabes nada… de la vida”, me cantaba de chica, y yo no me sentía ni ignorante ni nada, porque me daba la oportunidad de decirle, “guata de sandia” “ guata de melon”.
Si todos los abuelitos son buenos pa la conversa, mi lala gana. Y difícil es ir a prisa, porque entablará conversa haciendo relevos cada 100 metros. Y todo es místico, todo es especial.
“..Todavía zapateamos..”, claro que todavía zapatean, le hacen a la cumbia, al tango, a la cueca. Mi lala gueenaa pal baile, pal club social, pa los paseos. Y hoy día esta de cumpleeaaañooos.
Y me acuerdo del autito blanco, mi hermano y yo camino al cumpleaños. Segundo básico, el uniforme escolar y el sol débil de una tarde de fines de Marzo.
Un año maas…que se va…cuantos se han ido ya. Seguro cantaran esa hoy día. Cuando las cosas han cambiado un poco. Mi mama ha dejado el crespo, mi tia xime ha cambiado el liso, la mayo ya no va sola si no con la Mati hermosa, mis primos chicos ya son grandes, envejecemos. Pero que-
Nunca me ha dado miedo ser vieja. Porque tengo la visión de mis abuelos felices tan nítida, que miro el futuro con esperanza. Y siempre imagino que de vieja seré como ellos, me parare en las calles admirada de lo que otros no ven, entablare conversaciones profundas con desconocidos, contare que de joven “” uuufff tu abuelita hacia furor”, jeje, contare lo loca que era, y las aventuras impensadas. Siempre he pensado lo valiente que son mis abuelos y esa fortaleza para afrontar la vida, para vivir como venga, me tiene que quedar a mi, cueste lo que cueste.
A mis abuelos con cariño, mi abuelita Gladys, que llevo su nombre. A mi lala Maria Luisa, A mi tata Gabriel, y a mi abuelo Raul. Tengo muchísimo de ellos.
Era mi cumpleaños de algún año. Me regalo un cojín, un pijama, una bata, o un oso de peluche. Mi lala con mi tata y siempre había sol. Y mi casa con mis abuelos siempre parecía mas acogedora y mas luminosa, como si los espacios ocupados ganaran en armonía.
Y aunque venían de lejos, llegaban temprano. Con alegría, contentos siempre. Con la corbata y la chaqueta estrechamente abrochada mi tata, con el “paleto” mi lala. Y la cartera escondida de la nana, mi bisabuela resonaba a lo lejos.
Mi lalita es tito fernandez con “ la casa nueva”, “piensa en mi” de tacones lejanos, (de su lado triste), es el helado en la plaza de San Bernando y es la feria.
Y ya de grande comenzamos a pasear solas. Nadie podría andar más lento que ella. Y todos le ganan, pero ella les gana a todos. De mi brazo agarrada y el paseo pucha que es entretenido. Caminar con mi lala por el centro de Santiago, me regala algo diferente. Mientras por la calle Ahumada atropellados los oficinistas, ella se fija en la carreta con las flores, se detiene, mira fijo a la estatua humana y le grita “ hermoso”, les aplaude a los cantantes solitarios y se acerca melancólica al mimo teatrero. Y llega a sus almas, porque les mira con ojos cómplices y cómplice les guiña un ojo, ( que a veces puede estar lagrimiento de la emoción). ”yo entendí lo que quisiste explicar” le dice hasta el artista mas moderno. La vejez quita el miedo, pensé una vez.
Ojos de colores, siempre vidriosos, nariz helada. El perico, fulano…”mas que sentimiento”.. dice el exagerado de mi tata.
“Tu no sabes nada… de la vida”, me cantaba de chica, y yo no me sentía ni ignorante ni nada, porque me daba la oportunidad de decirle, “guata de sandia” “ guata de melon”.
Si todos los abuelitos son buenos pa la conversa, mi lala gana. Y difícil es ir a prisa, porque entablará conversa haciendo relevos cada 100 metros. Y todo es místico, todo es especial.
“..Todavía zapateamos..”, claro que todavía zapatean, le hacen a la cumbia, al tango, a la cueca. Mi lala gueenaa pal baile, pal club social, pa los paseos. Y hoy día esta de cumpleeaaañooos.
Y me acuerdo del autito blanco, mi hermano y yo camino al cumpleaños. Segundo básico, el uniforme escolar y el sol débil de una tarde de fines de Marzo.
Un año maas…que se va…cuantos se han ido ya. Seguro cantaran esa hoy día. Cuando las cosas han cambiado un poco. Mi mama ha dejado el crespo, mi tia xime ha cambiado el liso, la mayo ya no va sola si no con la Mati hermosa, mis primos chicos ya son grandes, envejecemos. Pero que-
Nunca me ha dado miedo ser vieja. Porque tengo la visión de mis abuelos felices tan nítida, que miro el futuro con esperanza. Y siempre imagino que de vieja seré como ellos, me parare en las calles admirada de lo que otros no ven, entablare conversaciones profundas con desconocidos, contare que de joven “” uuufff tu abuelita hacia furor”, jeje, contare lo loca que era, y las aventuras impensadas. Siempre he pensado lo valiente que son mis abuelos y esa fortaleza para afrontar la vida, para vivir como venga, me tiene que quedar a mi, cueste lo que cueste.
A mis abuelos con cariño, mi abuelita Gladys, que llevo su nombre. A mi lala Maria Luisa, A mi tata Gabriel, y a mi abuelo Raul. Tengo muchísimo de ellos.
" Mi tata denuevo"
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" El Remigio Felizzz.."