
Arrozales a la entrada de Lamas...

Mili y Junior arriba de un motocar, afuera de la escuela

Con Carlitos en la Escuela..

Reisser

Diana con su mama en la sala de Terapia del Hospital...

Camino al Hospital...

En una piscina aca en Lamas...

Con la Caro camino a Zapatero...

Con los niños en Pampa Hermosa

En Cuñumbuque...Con Chupaya
Que puedo contar…nada mas que estoy bien y haciendo lo que me gusta. Los malestares cotidianos del clima y de las “ víboras” insectos, no se han vuelto “normales”, pero al menos ya me siento fisiológicamente mucho mas adaptada.
Al final uno se acostumbra a todo y no se si es tan bueno, porque si uno se acostumbra deja de ver con detalle. Entonces lo que antes causaba asombro ahora se pasa rápido. Me parece que hasta se puede llegar a olvidar por costumbre. Olvidar los detalles de las paredes en la casa de uno, por verlos tanto. Olvidar que existen el invierno y el verano tan marcadamente cada vez que estamos en tiempos de invierno y verano respectivamente.
No se si me acostumbre a la falta de estaciones de la región de San Martín. Algo me hace esperar el verano y seguro en Marzo comenzare a esperar el otoño.
No quiero acostumbrarme a Lamas, no quiero comenzar a omitir lo que en un comienzo me pareció no funcionaba como debiera.
Quiero mantener mi mirada foránea el mayor tiempo posible. Porque si uno tiene el suficiente “ tino” para plantear su visión del asunto problemático, ante todo desde una perspectiva de respeto y reconocimiento de las historias personales y de los procesos de los lugares, la gente escucha y se entusiasma con el cambio, pienso que solo de este modo uno puede ser un aporte en un lugar extranjero.
Me la he pasado experimentado la fluidez de los actos, la facilidad de las cosas cuando uno decide ir por caminos encementados, en sentido figurado claro.
Una buena decisión te lleva a otra buena. De este modo las mejoras son globales y se generalizan.
Christopher viene… y me la pasare esta semana haciendo poco mas que esperar. A veces la tranquilidad se me vuela y ya luego me calmo con la idea de la venida. Es demasiado reconfortante sentir que el amor se alza como uno de mis mejores proyectos.
Poder vivir el amor en la libertad de desear para el otro la máxima realización, me hace amar más. No hay fondo.
Y me acuerdo de una vez que conversaba largo con la Gaby, y nos dábamos cuenta que mientras mas uno conoce a la gente, se abren y se abren puertas y uno tiene la sensación de que no acabara nunca, que los recursos son inagotables. El amor es inagotable.
Mandare fotos, ya no de niños medio tristes o aproblemados, si no de nosotros disfrutando del sol y la arena. Un poco de buena vida y poca vergüenza.